miércoles, 14 de noviembre de 2018

La importancia de los niños para Dios


La importancia de los niños para Dios
 

Por |  Víctor Cabrera  

Hace 47 años, en un día como hoy, la Asamblea de las Naciones Unidas aprobó la Declaración de los Derechos del Niño el 20 de noviembre de 1959. Más tarde, el 20 de noviembre de 1990, aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño.

Era el reconocimiento que hacía el mundo en cuanto a la consideración e importancia que tienen los niños en nuestra sociedad, los cuales como es sabido, muchas veces son maltratados, pasados a llevar, no respetados y mirados en menos.

Sin embargo, mucho antes de que la Asamblea de las Naciones Unidas hiciera este importante reconocimiento en pleno siglo XX, hace como 2.000 años atrás alguien ya había dejado en claro lo importante que son los niños… estamos hablando de Jesucristo.

Veamos entonces 7 puntos en los cuales queda demostrada la importancia que tienen los niños para Dios según la Biblia:

1.- De los niños es el reino de Dios

“Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.” (Marcos 10:13-16)

De los niños es el reino de Dios ya que los niños son seres puros que no tienen pecado porque no tienen discernimiento ni conocimiento acerca del bien o del mal, al igual que Adán y Eva en el paraíso antes de su caída; lo cual los hace tener el camino libre hacia el cielo.

Esto también quiere decir que no necesitan de arrepentimiento, por lo tanto, no requieren de bautismo. Al respecto muchas personas se preguntan acerca del destino eterno de los niños que mueren sin el bautismo que propicia el catolicismo romano u otras iglesias o sectas… sin embargo, debemos de hacer caso a lo que dice la Biblia, y es clara al señalar que “el alma que pecare, esa morirá” (Ezequiel 18:20).

Por lo tanto, si un niño fallece, su destino eterno es el cielo por cuanto de él es el reino de Dios. El bautismo y arrepentimiento es para pecadores, o sea, gente adulta como nosotros que pueden discernir entre el bien y el mal.

2.- Recibir y atender a un niño es como si se tratase del mismo Jesús:

“Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.” (Mateo 18:5)

No solamente debemos de ser atentos con el pastor, obispo u otro personaje “importante” para nosotros, sino que Dios nos da a entender que un niño merece el mismo recibimiento como si se tratase de Él mismo.

3.- Dura advertencia para los que hagan tropezar a uno de estos pequeños que creen en Jesús:

“Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.” (Mateo 18:6)

Ni hablar del destino de los personajes que pretendan enseñarle a un niño que su creencia en Dios es equivalente a creer en “papá Noel”. Ni hablar, el texto está más que claro. Si tú que has llegado a leer estas líneas no crees en Dios, quédate con tu fe para ti mismo si así lo quieres, pero a un niño mejor déjalo en paz.

4.- Jesús manda a no despreciar a los niños:


“Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 18:10)

Cuantas veces los niños son despreciados, poco atendidos, poco escuchados… simplemente, no tomados en cuenta, ni aún por sus propios padres. Sin embargo un niño ¡tiene ángeles que ven el rostro de Dios!, algo de lo cual ninguno de nosotros - por más espiritual que sea – puede alardear.

5.- Jesús dijo que tenemos que ser como niños para entrar en su reino


“y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.” (Mateo 18:3)

Si no nos volvemos y hacemos como niños – en cuanto a su humildad, fe y malicia – no podremos entrar al reino de los cielos, ya que estas de las cualidades que tienen los niños son indispensables para la vida cristiana.

6.- Dios escucha la alabanza de los niños


“Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y a los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! Se indignaron, y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza?” (Mateo 21:15-16)

De la boca de los niños se perfecciona la alabanza a Dios. Ningún famoso cantante cristiano se puede igualar a un niño. El cántico de alabanza de un niño, que puede molestar a algunos adultos, es escuchado con mucha complacencia y atención allá arriba en los cielos.

7.- Un niño puede ser llamado por Dios para ejercer un ministerio

“Vino, pues, palabra de Jehová a mí [el profeta Jeremías], diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Y yo dije: ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová.” (Jeremías 1:4-8)

Un niño también puede ser tomado en cuenta para ejercer un ministerio “de grandes” como el complejo ministerio de la profecía. Jeremías fue usado por Dios para ser profeta, aun siendo un niño que no conocía mucho ni tampoco sabía hablar muy bien.

¿Tú eres un niño? Entonces prepárate, porque no sabes si el Señor te puede llamar en este mismo momento para predicar su Palabra…


¿Puede un niño endemoniarse?

¿Puede un niño endemoniarse?


Marcos Capítulo 09

17 Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo,
18 el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron.
19 Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo.
20 Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos.
21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. 

Sin embargo creó que existen algunas situaciones específicas que nos puedes ayudar a determinar si un niño pequeño está poseído, entre ellas están:

- Si sufre de alguna enfermedad crónica que la ciencia médica no pueda explicarse.
- Si se comporta de manera totalmente anormal con respecto a su edad biológica.
- Si a su corta edad tiene algún tipo de desviación sexual inexplicable, es decir que sin haber sido abusado sexualmente o expuesto a conductas aberrantes, aun así tengan ciertas conductas sexuales anormales.
- Que el odio que albergue dentro de sí le haga dañar de manera constante y consiente a los demás.
- Que no pueda dormir por constantes pesadillas o apariciones de algún tipo.

Obviamente la aparición de cualquiera de los síntomas anteriores no significa que esté poseído, simplemente que es sumamente probable que si lo esté.

En cualquiera de los caso el siervo de Dios que se encargue del caso debe antes entrevistarse con los padres e indagar de forma estricta:
- El estado en el que se encontraban los padres en el momento de la concepción, si eran casados, si participaron de alguna orgía para concebirlo, si tenían algún tipo de pacto con alguna deidad,...
- Si el niño fue ofrecido en algún momento a al diablo o si participo de algún tipo de ceremonia satánica o algo parecido.
- Si el niño veía diariamente algún tipo de caricatura en la que se hacían ciertas invocaciones como Dragon Ball o algo similar,  o si escuchaba algún tipo de música que directa o indirectamente hiciera también algún tipo de invocaciones.

Ahora bien, un niño no tiene que estar realmente poseído para presentar ciertas conductas, en ocasiones solamente es oprimido por el enemigo; en cualquiera de los casos el siervo de Dios debe intervenir para evitar que el diablo siga atacando al pequeño, sin embargo por ser pequeño, debe hacerlo con amor primeramente y también con extremo cuidado para no espantar al pequeño u ocasionarle un trauma mayor.