lunes, 24 de diciembre de 2018

El Nuevo Nacimiento


El Nuevo Nacimiento

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Por: Frank Jhonattan Weffer Vásquez
 
Juan 03.1-7

1 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.
2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 
4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 
6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 
7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 

Introducción 

Debió ser una gran sorpresa para un hombre de tanto conocimiento para Nicodemo, quien la biblia lo describe como uno de los principales entre los judíos, cuando Jesús le responde la importancia de nacer de nuevo.

La palabra nacimiento, se define como el principio de una cosa o el tiempo en que empieza algo. Por su parte, la palabra en su raíz griega significa procrear e engendrar.
En fin, lo que el Señor quería decirle, era que tenía que ser regenerado, y eso es lo que quiere Jesús en esta tarde, tal cual como es descrita en 2 Corintios 5. 17, la cual dice así:

17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 

Ahora bien, Nacer de nuevo ¿De qué habla Jesucristo?

Al revisar la raíz griega de esta palabra  encontramos que su primera traducción es: De arriba, y por implicación de nuevo, desde su origen.

Colosenses 3:1. Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde esta Cristo sentado a la diestra de Dios.

Tres cosas importantes para alcanzar ese nuevo nacimiento:

ü  Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

ü  Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida  con Cristo en Dios.
ü  Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis  manifestados con él en gloria.

La declaración   del Señor  a Nicodemo  fue: tienes que ser regenerado  de arriba. Tu procreación debe  ser  desde  su origen.
El nuevo nacimiento es una regeneración de arriba.

El nuevo nacimiento es, el Pasaporte para entrar en el Reino de los Cielos.

El señor le estaba dando una cátedra de doctrina al maestro de Israel.

Le estaba diciendo: el reino de Dios se verá naciendo de nuevo.

Notemos que Jesús no dijo que se podía entrar sino solo ver el reino.

Esta palabra en su raíz griega se puede, conocer, o ver el reino de Dios.

Ahora bien nosotros  no solo queremos  ver  o conocer  el reino, queremos  entrar en él. 

Hebreos 4:11. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante  ejemplo de desobediencia.

Nacer  del agua y del Espíritu:

¿Entonces se está hablando de dos nacimientos? Creemos que no.

Lo que podemos descubrir es el proceso en dos facetas. En las cuales un creyente podría quedarse  en la primera etapa y no pasar de ella.

Como le sucedió al ladrón en la cruz. El nació del espíritu pero no pudo completar la otra etapa, nacer del agua. La palabra y el bautismo. La aceptación u la obediencia.
Y para poder entrar en el reino de Dios  hay que nacer del agua y del espíritu.

Juan 3:5. Respondió Jesús: De cierto, de cierto, te digo, que el que no naciere de agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

Conclusión 

¿Por qué debemos experimentar el nuevo nacimiento?   

El hombre sin Cristo está muerto nacimos en pecado. Salmo 51:5. He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió  mi madre.

Romanos 6:23. Porque la paga del pecado es la muerte.

Al pecar nuestro espíritu murió y esto nos llevó a una degeneración en todos los aspectos de nuestra vida.

Al mantener nuestra condición en pecado no podemos tener una comunión  con Dios ni tampoco acceso  a su trono. Estábamos destituidos  de la gloria de Dios. Por eso vino Jesús para que seamos reconciliados con el Padre, y por su muerte  nosotros podamos vivir. 

Debemos nacer de nuevo  porque cuando pecamos llevamos nuestro espíritu a la muerte.

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