Introducción al Pentateuco
Por Arturo Pérez
Introducción
I – El
Nombre “Pentateuco”.
El nombre
Pentateuco se refiere al conjunto de los cinco primeros libros del AT: Génesis,
Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. El término “pentateuco” no se haya en
las Escrituras, sino que fue introducido posteriormente. De ahí que es
saludable entender cómo le llamaban los judíos a los primeros cinco libros y
cuál es el origen histórico de la palabra “Pentateuco”.
A- El
Nombre Judío.
Para los
judíos, la primera división del canon sagrado del Antiguo Testamento esto es,
los primeros cinco libros, es conocida como Torah, es decir, La Ley. La palabra hebrea Torah viene de la raíz yara, “aventar” o “disparar”, y significa
“dirección”, “ley”, “instrucción” o “enseñanza”. Es decir que para los judíos
esta sección era conocida como una unidad, no como cinco libros.
Es
interesante notar cómo se describe esta sección en el Antiguo Testamento:
- La ley: Jos.8:34; Esd.10:3; Neh.8:2,7,14; 10:34,36; 12:44; 13:3; 2Cr.14:4; 31:21; 33:8.
- El libro de la Ley: Jos.1:8; 8:34; 2Re.22:8; Neh.8:3.
- El libro de la ley de Moisés: Jos.8:31; 23:6; 2Re.14:6; Neh.8:1.
- El libro de Moisés: Esd.6:18; Neh.13:1; 2Cr.25:4; 35:12.
- La ley de Jehová: Esd.7:10; 1Cr.16:40; 2Cr.31:3; 35:26.
- La ley de Dios: Neh.10:28,29.
- El libro de la ley de Jehová: 2Cr.17:9; 34:14.
- El libro de la ley de Jehová su Dios: Neh.9:3.
- La ley de Moisés siervo de Dios: Dn.9:11; Mal.4:4.
En el
Nuevo Testamento, al Pentateuco le llaman manera similar:
- El libro de la ley: Ga.3:10.
- El libro de Moisés: Mr.12:26.
- La Ley: Mat.12:5; Lc.16:16; Jn.7:19.
- La ley de Moisés: Lc. 2:22; Jn.7:23.
- La ley de Jehová: Lc.2:23,24.
Todas
estas expresiones permiten pensar que de hecho estos cinco libros formaban uno
solo.
Como bien
apunta Young, estas expresiones describen muy bien al Pentateuco porque hacen
énfasis en la legislación, la Ley;
indican que está en forma permanente, el Libro;
dirigen la atención hacia su escritor humano, Moisés; y apuntan hacia el Autor Divino, Jehová, quien es Dios.
Para los
judíos “la ley” o la Tora era la parte más importante del Antiguo Testamento y
se le atribuía mayor autoridad y santidad que a los Profetas y a los Escritos,
quizás porque fue el dedo de Dios que escribió sobre las tablas de Moisés en el
Monte Sinaí.
B- E
Nombre Actual.
La
palabra “Pentateuco” proviene del griego pentáteuchos
que se compone de dos partículas: (Penta = “cinco”; teuchos = “tomo”). La
palabra puede ser traducida como “(libro)
de cinco volúmenes” o “que
consiste en cinco rollos”.
Una
opinión muy generalizada es que la traducción griega del AT, la Septuaginta o
versión de los LXX fue quien introdujo la innovación de dividir la ley de
Moisés en los cinco libros. Hay quienes piensan que esta división pudo haberse
originado un corto tiempo antes de la LXX (que fue traducida para el 250 a.C.),
pero en cualquier caso, fue la Septuaginta la primera versión en mostrar los
nombres de Génesis, Exodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
Ahora
bien, en cuanto al uso de la palabra Pentateuco, se le atribuye a Orígenes (185
a 254 d.C.) utilizarla por primera vez cuando dice “del Pentateuco de Moisés”
(compárese PG XIV, Col 444). Tertuliano lo usó en Latín como nombre propio,
Pentatucos (Adversus Marcionem
1:10 en PL, II, col. 282).
El Nombre Pentateuco apela a la unidad de los cinco
libros.
Es muy
importante tener en cuenta la unidad de esta sección de la ley de
Moisés. Los libros del Pentateuco no son “libros” en el sentido moderno de la
palabra, como entidades independientes y completas en sí mismas, sino que
fueron concebidas y estructuradas como partes de una unidad mayor. De ahí que
el término “Pentateuco” además de conveniente se convierte en necesario, para
enfatizar esta unidad.
Sin
embargo, teniendo en cuenta esta unidad, la división en cinco partes desde
Génesis hasta Deuteronomio es importante, no sólo por razones prácticas de
manejo del contenido, sino porque existen evidencias que sugieren que estos
cinco “libros” son subdivisiones originales en el material escrito por Moisés.
Algunos
comentaristas insisten en que no fue la Septuaginta quien hizo la primera división,
sino que la división en cinco partes es obra original de Moisés. De hecho,
muchos manuscritos hebreos daban como título a cada sección las primeras
palabras que iniciaban en cada división. Esto es:
- “En el principio” (Génesis)
- “Estos son los nombres” (Éxodo)
- “Y El llamó” (Levítico)
- “En el desierto” (Número)
- “Estas son las palabras” (Deuteronomio)
Algunos
eruditos judíos se refirieron al Pentateuco como “las cinco quintas partes de
la Ley”, y a cada libro o sección se le llamó una quinta parte”.
II – El
autor: Moisés.
Existe un
testimonio convincente para respaldar la opinión de que Moisés escribió el
Pentateuco. Veamos algunas evidencias.
- Evidencias Internas en el Pentateuco.
El mismo
Pentateuco registra que Moisés escribió este conjunto de libros. Recordemos que
estos cinco libros formaban una sola unidad (un solo libro – la ley de Moisés)
hasta que la traducción Griega o Septuaginta los dividió en cinco libros por
separado.
Siendo
que el Pentateuco formaba una sola unidad, tomaremos las citas de cualquiera de
sus libros para aplicarla al conjunto. Ex. 17:14; 24:4; 34:27; Num.33:1-2;
Deut. 31:9, 24.
- Evidencias Externas al Pentateuco.
- En el Antiguo Testamento:
a)
Jos.1:7-8; 23:6; Jue.3:4; 1Rey.2:3; 2Rey.14:6; 2Cr.25:4; Esd.3:2; 6:18;
Neh.8:1; Dan.9:11-13.
- En el Nuevo Testamento:
a)
Testimonio de Cristo: Mat.19:8 (comp. Deut.24:1-4); Mat.8:4; Mar.7:10;
Lc.16:31; 24:27,44; Jn.5:4-6.
b)
Testimonio de los apóstoles: Hch. 3:22 (comp. Deut.18:15-16; Hch.13:39.
- Tradición: Desde el tiempo de Moisés hasta cerrar el canon del NT, tanto judíos como cristianos creyeron que Moisés fue el autor.
- La Capacitación de Moisés para escribir el Pentateuco.
- Capacidad intelectual: Criado en toda la sabiduría de los egipcios (Hch.7:22)
- Conocimiento de los hechos: Testigo presencial de la mayor parte de los acontecimientos.
- Autoridad espiritual: Mantuvo una íntima comunión con Dios al punto de que recibió revelaciones especiales (por ejemplo Ex.34:5-6).
- Como hebreo tenía acceso a genealogías y tradiciones orales y escritas de su pueblo.
III.
Algunas objeciones de la Alta Crítica a la paternidad literaria de Moisés.
No es de
nuestro propósito entrar a considerar el tema de las teorías documentarias,
porque no es el enfoque de este estudio. Sin embargo es saludable para el
lector conocer de manera general que la Biblia ha sobrevivido por muchos siglos
el ataque feroz de hombres impíos que han tratado en vano de poner en duda la
inspiración plenaria y verbal de Dios, o han querido cuestionar el origen y las
fuentes de autoridad de las Escrituras.
A. La
Alta Crítica y la Baja Crítica
Es
importante aclarar que la Biblia no tiene ningún tipo de error en cuanto a sus
manuscritos originales (llamados “autógrafos). Pero es completamente
comprensible que al pasar de copia en copia encontremos errores humanos de los
copistas en cuanto a caracteres o palabras. Es imposible para un ser humano
copiar un libro entero sin cometer algún error de copiado (si no lo creen,
inténtelo para que lo pueda comprobar).
En ese
sentido se le llama Alta Crítica a cierta disciplina dedicada a estudiar los
problemas relacionados con la paternidad literaria y la pureza del texto de los
libros de la Biblia. En otras palabras, tratan de descubrir la fecha de cada
libro, su autor, su propósito y las características del estilo y el lenguaje.
Se preguntan cuáles son las fuentes originarias de los documentos bíblicos,
cuestionan cada una si son dignas de confianza, etc.
Por otro
lado la Baja Crítica o Crítica Textual se enfoca en la tarea de restaurar el
texto original sobre la base de las copias imperfectas que han llagado a
nuestras manos, tratando de tamizar las evidencias provistas por las diferentes
versiones, donde los manuscritos existentes discrepan unos de otros, y por
medio de un método científico tratar de llegar a lo que probablemente fue la
terminología utilizada por el autor original.
Tanto la
Alta Crítica como la Baja Crítica pueden arrojar mucha luz sobre las Escrituras
si se aplica con reverencia y seriedad. De ahí que los padres de la iglesia,
los reformadores y los eruditos cristianos han realizado estos estudios con
mucho beneficio. Sin embargo, los críticos alemanes bajo la influencia del
racionalismo de la época llegaron a conclusiones que atentan contra la
integridad de las Escrituras en el caso de que fueran comprobables. Estos
rechazaban todo elemento milagroso y estaban prejuiciados con otras filosofías
contrarias al cristianismo como la del filósofo Hegel.
Así que
teniendo este contexto, podemos decir que hace dos siglos, eruditos de
tendencia racionalista pusieron en duda que el Pentateuco fue escrito por
Moisés y desarrollaron una Teoría Documentaria de la Alta Crítica considerando
al Pentateuco como una compilación de documentos redactados en tiempos de
Esdras alrededor del 444 a.C.
Sin
embargo, los eruditos conservadores rechazaron abiertamente esta teoría
documentaria porque fue considerada absurda y carente de evidencia externa. No
se presentó evidencia de literatura, ni de la tradición hebrea como para
sostenerla, de modo que un estudio serio del Pentateuco no puede concluir con
que sea la obra de la época de Esdras.
Con todo,
es importante reconocer que es probable que Moisés se auxiliara de notas
biográficas, genealogías y tradiciones escritas por los patriarcas ya que
Moisés menciona “el libro de las generaciones de Adán” en Gn.5:1. Como dice
Pablo Hoff, “no debemos extrañarnos de que Dios tal vez haya guiado a Moisés a
incorporar tales documentos en sus escritos.”
Adicionalmente,
también se reconoce que hay algunas añadiduras y retoques de poca importancia
de palabras arcaicas realizados a la obra original de Moisés. Por ejemplo:
- El relato de la muerte de Moisés (Deut.34) sería escrito por otra persona. El Talmud, libro de los rabinos, lo asigna a Josué.
- Gn.14:14. En este texto de Génesis le llama Dan a la ciudad de Lais narrando acerca de Abraham en un momento cuando no existía ni Isaac, ni Jacob ni Dan. La explicación de esto se puede atribuir a notas aclaratorias o cambios de nombres geográficos arcaicos que se introdujeron para hacer más claro el relato. (ver Jue.18:29). Estas diferencias se pueden atribuir a notas aclaratorias de los copistas, o cambios de nombres geográficos arcaicos, que se introdujeron para hacer más claro el relato. Algunos especulan que algunos cambios serían actualizados por el profeta Samuel. En cualquier caso, estos retoques en las copias no son relevantes en cuanto a la integridad del texto, y la evidencia interna y externa muestra contundentemente que Moisés fue su autor.
IV.
Tiempo histórico que cubre el Pentateuco.
Se estima
que Abraham es de la época del 2,166 a.C. pero el tiempo que transcurrió desde
que Dios creó a Adán hasta el momento en que aparece Abraham es incierto.
Algunos estiman 2000 años desde Adán hasta Abraham, lo cual nos daría unos
6,000 años de existencia de la Tierra (2000 de Adán a Abraham + 2000 de Abraham
al nacimiento de Cristo + 2000 después del nacimiento de Cristo).
En cuanto
al Pentateuco, si la estimación anterior es correcta, estaríamos hablando de un
lapso histórico de unos 2770 años, desde el origen de la creación hasta la
preparación del pueblo de Israel para entrar a Canaán, esto es, desde Adán
hasta la muerte de Moisés en el 1230 a.C.
La
temática histórica que cubre el Pentateuco es uno de los elementos que destacan
su unidad como un solo volumen a pesar de sus diversos temas. El Pentateuco
trata de manera consistente, coherente y unificada con los siguientes temas:
- La promesa de Dios
- Le elección de Dios
- La liberación del pueblo de Dios
- El pacto de Dios con su pueblo
- La Ley de Dios
- La tierra prometida
Todo esto
es tratado en los cinco libros en el espacio de tiempo que comprende la
creación hasta que el pueblo de Israel se prepara para entrar en la tierra
prometida.
V. El
escenario geográfico del mundo bíblico.
Se ignora
dónde estuvo específicamente el Huerto del Edén o el Paraíso donde Dios puso a
Adán. Sin embargo, Génesis menciona que varios ríos lo regaban, siendo algunos
de ellos muy conocidos para nosotros, como el caso del Tigris y el Eufrates
(Gn.2:14). De manera que es plausible suponer que la cuna de todas las
civilizaciones nació en la meseta de Mesopotamia, que significa “tierra entre
ríos”, y que se conoce como aquel territorio de Babilonia precisamente entre
los ríos Tigris y Eufrates.
Fue
también de Mesopotamia, de la ciudad de Ur de los caldeos, desde donde Dios
llamó a Abram (a quien luego se le cambió el nombre a Abraham), el cual tuvo un
recorrido pasando por Harán (Padan-Aram) muy al norte de lo que hoy es Siria, y
luego viajó al sur, atravesando todo el territorio de Canaán, pasando por
Hebrón hasta el Negev, y viajando hasta Egipto. Abraham vivió 38 años en el
Negev, después de la muerte de Sara y cuando murió a los 175 años fue enterrado
con su esposa en la cueva de Macpela, en Hebrón.
De manera
que la historia de Israel comienza en Babilonia, pasando por Canaán, Egipto,
todo el desierto del Sinaí, conquistando Canaán, luego siendo deportados a
Asiria y Babilonia, y luego regresando a su tierra de Canaán 400 años antes de
Cristo en la misma área donde su patriarca Abraham fue enterrado.
Canaán –
Israel – Palestina – “La Tierra Prometida”
El nombre
de “Palestina” no era conocido en la época que Abraham llegó a esta región,
aunque ciertamente ya en ese momento, 2000 antes de Cristo, era un puente
importante entre los centros culturales y políticos de ese momento. Pero el
nombre de Palestina realmente fue inventado por los griegos y el imperio romano
para llamarle a todo el territorio habitado por los israelitas.
El
término Palestina se deriva o es una corrupción de la palabra Filistea, nombre
de la estrecha franja dominada por los filisteos (Ex.15:14; Is.14:29,31).
Realmente los antiguos hebreos daban el nombre de Canaán a la tierra
comprendida al oeste del Jordán. Después de la conquista de Josué, toda la
región recibió el nombre de Israel (1S.13:19; 1Cr.22:2; Mat.2:20), aunque
cuando el reino se dividió en tiempos de Roboam hijo de Salomón, la porción
Norte con las 10 tribus era “Israel” y la sur con Judá y Benjamín era “Judá”.
En Hebreos 11:9 se le llama “Tierra prometida”. Pero después de los inicios de
la era cristiana, los griegos y romanos le llamaban Palestina.
Así que
lo más correcto sería llamarle la tierra de Canaán o de Israel o Tierra
prometida. Para los judíos, Israel era la nación, la zona geográfica era
llamada simplemente “la tierra”.
Límites y extensión.
El
territorio que ocupaban los hebreos se extendía, de sur a norte desde
Cades-barnea hasta el Hermón. Desde el oeste hasta el este iba desde el
Mediterraneo al desierto oriental con excepción de la llanura filistea y del
país de Moab. Luego de la repartición de las tribus de Israel ellos expresaban
los límites de su país con la expresión “desde Dan hasta Beerseba” (más de 240
km).
[2] Durante
el período de Ptolomeo II Filadelfo (285 a.C. – 246 a.C.) uno de los príncipes
del reino griego de Egipto, se confecciona la Septuaginta, que es la versión griega
del Antiguo Testamento. La traducción se hizo para satisfacer la demanda de una
población judía que hablaba griego y quería las Escrituras. La Septuaginta se
conoció por primera vez en la ciudad de Alejandría (en Egipto). Durante el
tiempo del Señor Jesucristo esta traducción circulaba ampliamente entre los
judíos de la dispersión en el mundo mediterráneo, y se convirtió en la Biblia
de la Iglesia Cristiana primitiva, siendo ampliamente citada en el texto del
Nuevo Testamento.
[3] Es
interesante que la palabra “libro” se vino a utilizar cuando los pergaminos
comenzaron a encuadernarse a manera de códice para facilitar su lectura, orden
y almacenamiento. Por eso, cuando leemos un texto cuya referencia es antes de
los códices, y aparece la palabra “libro” debe entenderse que se ha traducido
esta palabra para facilitar la comprensión del lector, pero literalmente esta
palabra no existía en el original hebreo cuando Moisés escribió, sino que se
utilizaba la palabra hebrea “séfer” o “sifrá” que literalmente se puede
traducir como “escrito” o “escritura”. Por ejemplo, Josué 1:8 “nunca se
apartará de tu boca este libro…”
sería “esta escritura” (hebreo
séfer). Véase el hebreo en Strong 5612.
[4] Hoff,
Pablo. El Pentateuco. Editorial Vida, Miami, USA, 1978, p.15. Para un estudio
más profundo en el tema de la Alta Crítica, recomendamos el libro de Gleason
Archer, Reseña Crítica de una Introducción al Antiguo Testamento; Editorial
Portavoz, Grand Rapids, Michigan, USA, 1987.
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