Libro del
Génesis
Sinopsis del Antiguo Testamento es un estudio
sintético de cada uno de los libros del Antiguo Testamento: Se examina el
propósito de cada libro, quién fue el autor, cuándo y a quiénes se
escribió. Se identifica cuál es el mensaje de cada libro y cómo se
relaciona este con los demás. La meta de esta materia es darle al alumno
un concepto panorámico de la Biblia.
GENESIS: EL METODO DE LA FE
por Ray C. Stedman
Esta
Biblia nos ha sido dada para que la leamos. Es un gran libro, un libro
impresionante. Comencemos por el principio de la Biblia y leámosla completa,
libro tras libro, desde el Génesis hasta el Apocalipsis y estudiemos el
ambiente, el mensaje, y la relación que tienen cada uno de ellos con el todo.
Esta será una visión como la que se contempla a través de la lente de una
cámara que se acerca al objetivo y lo agranda, examinándola libro tras libro.
Dicho panorama hará posible ayudarnos a entender y examinar el modelo divino de
la revelación. Uno de los más poderosos e inexplicables fragmentos de evidencia
sobre la verdad de la inspiración lo hallamos fijándonos en el modelo divino
que encontramos en toda la Biblia. ¿Cómo puede esto explicarse aparte de Dios,
que un libro tan diverso en su autoridad, escrito bajo circunstancias
igualmente diversas, ofrezca un modelo tan asombroso de la verdad a menos que
proceda de un autor divino?
Estamos
tan familiarizados con la Biblia que a penas si nos paramos a pensar en lo
antiguo que es este libro. Hay un filósofo griego llamado Herodoto, un maestro
y erudito que vivió unos trescientos años antes de Cristo, al que se le llama
el padre de la historia. Es el primer historiador cuyos escritos han sido
conservados y han llegado hasta nosotros. Cualquiera que haya estudiado algo
acerca de la historia antigua habrá oído hablar de Herodoto, pero lo más
destacado acerca de la Biblia es que Moisés, que escribió los cinco primeros
libros de nuestra Biblia, había acabado de escribir sus libros y llevaba mil
años muerto antes de que Herodoto viese la luz del día.
Así de
antiguo es el Génesis, que es el libro de los principios. Al leerlo nos sitúa
de nuevo en el amanecer de la historia de la humanidad, pero a pesar de eso es
tan actual como el periódico de mañana y eso es, nuevamente, una marca de la
inspiración divina tras este libro, del aliento de Dios. La Biblia posee una
enorme cantidad de color y vida en sus revelaciones acerca de los principios de
la vida humana. Aquellos que estén familiarizados con la arqueología saben que
los cilindros, las tablas de piedra y los restos arqueológicos del pasado nos permiten
captar una breve imagen de los hechos más rudimentarios acerca de la vida en
las tierras antiguas y tienen poco interés humano. No tienen color, ni vida, ni
carne, pero al abrir las páginas del Génesis descubrimos que los hombres que
hallamos en ellas cobran vida. Abraham es más conocido que algunos de nuestros
más familiares lejanos. Isaac y José, además de otros, son nombres muy
conocidos para nosotros y hasta tenemos la impresión de que estamos hablando de
personas que conocíamos en nuestro lugar de procedencia. A nosotros nos
resultan así de próximas porque este libro las ha conservado de una manera tan
maravillosa, dándoles color, profundidad, volviéndolas de carne y hueso, además
de mostrar su modo de vida en aquellos días.
El
Génesis no es solo historia porque evidentemente sería de poca importancia para
nosotros de ser solo eso, pero el libro del Génesis es uno de los más tremendos
mensajes que puedan pronunciarse en una sola declaración, que nos revela la
insuficiencia del hombre sin Dios. Ese es el único propósito del libro y por
ello es la nota clave de la revelación posterior de Dios.
Revela que el hombre
no puede nunca estar completo sin Dios, que no puede nunca descubrir ni cumplir
con el verdadero significado de la vida sin tener una auténtica relación
personal con un Dios que more en él.
La
insuficiencia se nos muestra en tres ámbitos, ámbitos en los que todos nosotros
vivimos. Primero en el ámbito de las relaciones naturales, por medio de lo que
llamamos las ciencias naturales: la cosmología, el estudio del universo, su
origen y composición; luego la geología, acerca de la tierra, en sus
multiformes aspectos, acerca de los cuales creemos conocer tanto en la
actualidad y la biología, el estudio de la vida misma en todas sus manifestaciones.
Estas relaciones naturales son las que circunscriben nuestro contacto con el
mundo físico que nos rodea.
El
segundo aspecto es el ámbito de las relaciones humanas, que abarcan lo que
llamamos sociología, psicología, psiquiatría, juntamente con otros "psicos
a los que tanta importancia se concede hoy. Y finalmente, el ámbito de las
relaciones espirituales, es decir, la teología, la soteriología y la filosofía.
En relación con cada uno de estos aspectos vitales, incluyendo muchos de los
detalles que nos interesan, el libro de Génesis revela que el hombre separado
de Dios es totalmente insuficiente. Este mensaje resuena a lo largo de todo el
libro como si fuese una campana.
Permítanme
mostrarles lo que quiero decir. Los dos primeros capítulos tienen que ver principalmente
con el mundo de la naturaleza. Este libro comienza con el hecho material más
importante de nuestro mundo hoy, el hecho de que vivimos en un universo. Somos
conscientes de ello cuando nos colocamos bajo las estrellas, en número
interminable, como luces brillantes en los cielos y nos maravillamos ante el
movimiento de los cuerpos celestiales, algo que el hombre ha contemplado con
reverencia y un espectáculo ante el que se ha quedado maravillado durante
siglos.
Hemos
comenzado por fin a investigar en el universo a nuestro alrededor y hemos
descubierto que vivimos en una gran galaxia, un cuerpo difuso de estrellas y de
planetas, en el que hay millones de ellos. Nuestra propia galaxia se encuentra
a trescientos mil años luz y para nosotros no es más que nuestra base en el
universo. La primera base se encuentra allá afuera y el centro campista está
mucho, mucho más allá. En este gran estadio de fútbol, sabemos que hay más de
un millón de bases allá en el espacio y que existen galaxias como la nuestra.
Nos quedamos alucinados cuando nos ponemos a pensar en ello, a pesar de lo cual
las escrituras comienzan con estas palabras, desde la primera palabra misma.
"En el principio creó Dios los cielos y la tierra --y al hombre. Esa es la
historia del principio--de Génesis.
Nos
encontramos en un universo que es realmente un misterio para nosotros. Sabemos
muy poco acerca de él y en cualquier dirección que decidamos seguir no tardamos
en llegar a un punto en el cual no podemos seguir más adelante. En cierta ocasión
estaba hablando con un físico nuclear y me estaba contando algo acerca de la
complejidad del núcleo del átomo. Me dijo que se había vuelto tan
"astronómicamente complejo que no podemos ni siquiera empezar a entender
todo lo que estamos descubriendo acerca de los elementos fundamentales sobre el
tema. Es justo en este punto en el que empieza la Biblia a ofrecernos
respuestas a las preguntas a las que no pueden contestar los científicos. ¿Qué
es lo que hace que funcione el universo? ¿De dónde salió? ¿Quién nos creó?
¿Para qué estamos aquí? Y a pesar de que el estudio del universo es el tema
actual de la ciencia, esta no ha encontrado respuesta a ninguna de estas
interrogantes.
Ahora
bien, el Génesis ofrece las respuestas a estas preguntas, las únicas respuestas
adecuadas. Nos revela que la clave de la vida humana, incluyendo el universo
material y el misterio de nuestra propia naturaleza, además del ámbito
invisible de la vida espiritual, acerca de las que sabemos tan poco, es
espiritual y no física ni material. Por eso es por lo que nunca podremos
conocernos a nosotros mismos, al universo ni a Dios estudiando la naturaleza,
de ese modo no lo entenderemos nunca y acabamos por encontrarnos ante una
puerta cerrada. Se vuelve tan complejo que no lo podemos captar. ¿Por qué?
Porque la Biblia nos dice que la clave se encuentra en el ámbito espiritual.
Cuando cogemos este libro y lo abrimos, descubrimos que vamos más allá de todos
los descubrimientos de la ciencia actual para introducirnos en un aspecto al
que todavía no ha llegado la ciencia, en el que obtenemos las respuestas a
estas preguntas.
No fue
otro que Albert Einstein el que puso el dedo en la llaga con respecto a lo
inadecuado de la ciencia al decir: "La ciencia es como leer una novela de
misterio. Se va uno al kiosco del barrio y se compra una novela de cien pesetas
(claro que hoy en día cuestan mas), nos la llevamos a casa y nos vamos a la
cama por la noche. Se ha marchado todo el mundo y la casa está oscura. Nos
metemos en la cama, encendemos la luz de la mesilla, nos colocamos bien las
almohadas y nos ponemos a leer. En el primer capítulo se producen dos o tres
asesinatos y hay varios cadáveres por ahí. El relato comienza a centrarse sobre
el "quién lo habrá hecho. Según vamos leyendo nos vamos encontrando con
una serie de claves. Cuando vamos por el tercer capítulo decidimos que el
responsable es el mayordomo. Continuamos leyendo y la culpa parece apuntar más
y más al mayordomo, pero al llegar al último capítulo en el que de repente toda
la evidencia encontrada hasta el momento queda desbaratada y nos encontramos
con que después de todo el responsable no ha sido el mayordomo, sino la
viejecita con las playeras del tercer piso. Ha sido ella. Ahora Einstein nos
dice que la ciencia es así. Que está siempre yendo de hipótesis en hipótesis,
basándose en unas pocas claves aquí y allí, pero no consigue nunca encontrar la
respuesta. Y de repente aparece una nueva luz que hace que los últimos cálculos
resulten ser equivocados y las anteriores respuestas parecen ser de poco valor.
Lo
interesante sobre el Génesis es que empieza exactamente donde acaba la ciencia.
Hay que admitir que ofrece respuestas relacionadas con la fe, pero nunca una fe
que transgreda la razón humana. La ciencia está siempre mirando al pasado y el
Génesis empieza donde está investigando la ciencia. Si lo vemos de ese modo nos
encontramos con que no existe un conflicto esencial. Aquí tenemos un libro que
esta sencillamente tratando un tema con el que la ciencia no se ha planteado y,
de hecho, que no se planteará: la clave del misterio de la vida humana.
En los
capítulos tres al seis nos encontramos con el ámbito de las relaciones humanas
y aparece el hombre en escena. Este libro revela que la unidad básica de la
sociedad es la familia y entre diez y veinte mil años de la historia humana no
se ha producido ningún cambio en relación con este planteamiento y la familia
sigue siendo el elemento básico de la vida humana en la actualidad. Cuando una
sociedad se olvida de ese hecho y empieza a destruir la vida familiar, los
fundamentos de la nación se desmoronan porque la nación es una extensión de la
familia. Los países de todo el mundo no son otra cosa que grandes grupos
familiares. ¡Piense por un momento en la reacción uniforme de los
norteamericanos el día de 1963 en que el Presidente Kennedy fue asesinado! No
ha habido nunca una ocasión en que toda la nación americana se sintiese tanto
como una familia como cuando John Kennedy se estaba muriendo. Eramos todos una
sola nación. Una crisis puso de manifiesto que nuestro país no es otra cosa que
una gigantesca familia. Dentro de la nación, dentro de la familia revelada en
las Escrituras está la persona en particular, pero cuando la familia se
desintegra, la nación comienza a derrumbarse.
Estos
capítulos revelan también el fracaso del hombre en esta relación básica, porque
el hombre ha intentado ser hombre sin contar con Dios y el resultado, como es
natural, ha sido la introducción del principio del pecado. El pecado es, por
así decirlo, como ese atornillador que ha sido echado en la maquinaria humana y
hace que nos comportemos como lo hacemos. Al leer este relato verán ustedes
cómo rechazo Caín a Dios y se convirtió en un asesino. Se marchó y fundó una
civilización que acabó en apostasía y con el diluvio. Cuando Lot intentó
alejarse de Dios, para evitar que influenciase su vida, destruyó a su familia
como resultado de ello.
Esta
forma de vida aparece una y otra vez en las Escrituras y aunque vivimos unos
cuantos miles de años después de estos acontecimientos, hoy sucede exactamente
lo mismo ¿no es cierto? Todas las generaciones han estado repitiendo el mismo
ciclo. Lo vemos a todo nuestro alrededor en nuestra nación, en la que
encontramos preciosos hogares, coches nuevos y todos los adelantos, a pesar de
lo cual siguen produciéndose las luchas, la violencia y una inmoralidad
totalmente impropia. El aumento del crimen y de hogares destrozados por todas
partes son el resultado y dan testimonio gráfico del fracaso del hombre en
cuanto a tener éxito a nivel de las relaciones humanas separado de Dios.
Finalmente,
en la última parte del libro, que es una extensa sección que empieza a mitad
del capítulo seis hasta el cincuenta, tenemos el ámbito de las relaciones
espirituales. Es la parte más larga de este libro porque es la más importante
para el hombre, su espíritu y la relación de éste con Dios. Esta es la historia
de cinco hombres. Si recuerda usted las vidas de estos cinco hombres y lo que
significan, tendrá usted casi todo el Génesis en la palma de su mano. Son Noé,
Abraham, Isaac, Jacob y José. Génesis revela en la historia de estos hombres lo
que siempre está buscando el hombre. ¿Saben ustedes lo que es? Creemos que lo
que buscamos son cosas, pero sabemos que las cosas no son en realidad lo que
queremos.
Toda la
inquietud y las prisas de la época en la que vivimos se pueden entender como un
esfuerzo por concentrarse en tres metas. En primer lugar, la justicia, el
sentido de tener razón. Es por eso por lo que estamos siempre intentando
justificarnos. ¿Qué sucede si alguien intenta acusarnos de algo? Empezamos a
justificarnos y queremos tener razón. El hombre está siempre buscando la
justicia. La segunda es la paz. Queremos tener una sensación de bienestar
interior y una economía dorada basada en la "educación que conduzcan a
"un alto nivel de vida es, sin duda, un sustituto barato. Con cuánta
frecuencia se pronuncia hoy la palabra paz, no consiguiendo otra cosa que
hacernos desear más la verdadera paz. El hombre está siempre buscando la paz. Y
la tercera es el gozo. El hombre quiere tener una sensación de gozo, de
felicidad en la vida. Esas son las tres metas invisibles, casi subconscientes,
de la vida, la justicia, la paz y el gozo. ¿Dónde se encuentran? Romanos 14
dice: "porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz
y gozo en el Espíritu Santo. (Rom. 14:17) Solo Dios imparte dichas cosas a los
hombres y ese es el relato de este libro.
Ahora nos
revela de qué modo hombres que no creyeron ni obedecieron a Dios buscaron en
vano estas cosas. Durante un tiempo Jacob, como sabemos, se negó a obedecer a
Dios e insistió en hacer las cosas a su manera. Va y se convierte en un nómada
y un siervo contratado por su tío. Acabó no solo siendo un impostor al que
engañaron y su vida se hunde. Hasta Abraham duda ocasionalmente, va a Egipto y
cae en el pecado de la mentira y del adulterio y una vez más la vida se viene
abajo.
Pero si
este libro, es decir el Génesis, pone de manifiesto la insuficiencia del hombre
sin Dios, también revela la suficiencia del hombre con Dios y ese es el mensaje
de gran importancia. En las relaciones naturales vemos que con Dios el hombre
es soberano. ¡Si tan solo hubiera conocido a Adán antes de la caída! Debió de
ser un personaje magnífico. ¡Qué tremendo poder y conocimiento debió tener acerca
de los secretos de la naturaleza! Cuando echamos un vistazo al Nuevo Testamento
y leemos acerca de los milagros realizados por el Señor Jesús caminando sobre
las aguas, transformando el agua en vino, calmando la tempestad con una palabra
y nos decimos a nosotros mismos: "Así es como obra Dios. Pero el Antiguo
Testamento dice: "no, no es Dios, es el hombre. Eso es lo que debería
haber sido el hombre, soberano, el rey del mundo.
Esto es
algo que hallamos reflejado en el Salmo ocho. David dice mirando al cielo:
"¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes y el hijo del hombre para
que le visites? Y a continuación responde a esta pregunta diciendo: "Le
has hecho señorear sobre las obras de tus manos, todo lo has puesto debajo de
sus pies. (Salmos 8:4, 6). Eso solo se ve en Jesús. Por eso es por lo que el
escritor de Hebreos dice: "no vemos todavía todas las cosas sometidas a
él.- Sin embargo, vemos a Jesús... (Heb. 2:8,9) que como hombre es el
cumplimiento de la intención de Dios para el hombre, es decir, que sea soberano
sobre la tierra. En el jardín, antes de que cayese Adán, es señor de la
creación, conocía sus misterios y controlaba sus actividades. El hombre ya no
puede hacer eso. Sentimos el anhelo de hacerlo, pero no podemos hacerlo ya.
En el
ámbito de las relaciones humanas, el libro de Génesis revela que el hombre con
Dios vive en paz y en armonía con otros hombres. Una de las más hermosas
historias del libro es la de Abraham viviendo bajo los robles de Mamre, rodeado
de los cananitas, aquellos hombres que durante años habían sido sus enemigos,
pero Dios obró de tal modo en la vida de Abraham que hasta sus enemigos estaban
en paz con él. La historia de Abraham acaba con las tribus cananitas viniendo a
él y diciéndole: "eres un príncipe entre nosotros. Por lo que se cumple lo
que Dios dice en otro lugar, que cuando lo que hace el hombre le complace al
Señor hace que hasta sus enemigos estén en paz con él. Esa es la clave, es el
secreto de la vida en todas nuestras relaciones.
En lo que
se refiere a la relación espiritual, Génesis declara que cuando el hombre tiene
comunión con Dios comienza a conocer la felicidad suprema, la justicia, la paz
y el gozo que anhela tanto. Solamente tiene consciencia de ello al descubrir
que el Dios que mora en él es la respuesta a todas sus necesidades.
Esto es
algo que se pone de manifiesto en la vida de cinco hombres. Repasemos
rápidamente lo que dice. Noé es una imagen de la regeneración, un hombre que
pasó por la muerte como figura. Estuvo a ambos lados del diluvio y fue
preservado en el arca, al pasar por las aguas del juicio, por las aguas de la
muerte, para salir a un nuevo mundo y a una nueva vida. Los imaginativos
escritores de nuestros días están siempre intentando escribir un libro para
describir lo que sucedería después de que un holocausto atómico hubiese
eliminado completamente la vida de la faz de la tierra y cómo sería para una
pareja nueva comenzar en un mundo así. Pero ninguno de ellos parece darse
cuenta de que eso fue precisamente lo que sucedió en la historia de Noé y el
diluvio. Ninguno de ellos parece haber captado el romance de Noé y su familia
comenzando otra vez en una nueva tierra. Sin embargo, son una imagen de la
regeneración, del comienzo de la vida como cristiano que pasa de la muerte a la
vida (en Cristo) exactamente como lo hizo Noé después del diluvio.
A
continuación viene Abraham y ¿qué es lo que nos enseña? La justificación por la
fe. Era el caso de un hombre que vivía por fe. Todo lo que hacía le era dado,
sin mérito por su parte, sin que hiciese el menor esfuerzo, pero Dios le guió y
Abraham se apartó de las promesas y descubrió que la promesa de Dios era
verdad. Su fe fue puesta ocho veces dramáticamente a prueba, así que si alguna
vez tienen ustedes que pasar por pruebas de fe, lean la vida de Abraham.
Encontrarán ustedes en su vida circunstancias similares a las que puedan estar
pasando ustedes. Abraham nos enseña lo que significa ser justificados, ser
amigo de Dios por medio de la fe.
A
continuación está la fe de Isaac, que es una preciosa imagen de lo que es un
hijo, lo que es ser hijo de Dios. Si hubo alguna vez un niño mimado, consentido
y acariciado por su padre, ese fue Isaac. Fue el hijo, en el mas amplio sentido
de la palabra. En la visión que nos ofrece este libro de él vemos lo que
significa ser el hijo amado por el corazón de su padre. Y creo que no hay
mensaje más necesario que el de Isaac como ejemplo maravilloso, acerca de cómo
Dios nos mira Dios y nos llama los hijos amados de su corazón. "Amados,
ahora somos hijos de Dios nos dice Juan, "y aún no se ha manifestado lo
que seremos, pero seremos semejantes a él. (1ª de Juan 3:2)---seremos como
Cristo.
A
continuación nos encontramos con el relato de Jacob, que fue un pícaro, un
intrigante, el hombre que estaba convencido de que podía vivir solo, gracias a
su ingenio y a sus propios esfuerzos. Se dedicaba a engañar a todo el mundo y
acabó siendo víctima del engaño. Jacob es una preciosa imagen de la
santificación, esa maravillosa obra de Dios en la que nosotros, en nuestra
insensatez, intentamos vivir la vida conforme a la energía de la carne, y nos
vemos llevados a situaciones que hacen que nos sintamos arrinconados y en las
que por fin, al igual que Jacob luchando con el ángel, descubrimos que Dios nos
está hablando y nos damos por vencidos. Y cuando dejamos de esforzarnos,
empezamos a vivir. Eso fue lo que hizo Jacob cuando renunció al Arroyo de
Peniel, sabiendo que Esaú estaba esperando con un grupo de hombres armados
dispuestos a quitarle la vida. Luchó con el ángel de Dios junto al arroyo; fue
ahí precisamente donde Dios quebrantó a Jacob. Y como hombre quebrantado,
teniendo que cojear durante el resto de su vida, se convirtió en Israel,
príncipe de Dios. ¡Qué gran lección es esta! Algunos de nosotros estamos
pasando ahora misma por esa experiencia. ¡Qué gran estímulo para nosotros!
Ahora nos
encontramos con la última imagen, la de José, la glorificación. El hombre amado
por su padre y maltratado por sus hermanos. Mientras pasa por esta relación
terrenal se ve sacado de repente de la oscuridad de la prisión, para vivir en
la gloria del trono del faraón, donde reina y gobierna como el segundo más
importante del reino. Esta es la imagen de la verdad para el creyente. ¿Qué es
lo que esperamos al acercarse la muerte? ¿No será la de ser trasladados de la
oscuridad de esta existencia terrenal, de esta prisión en la que vivimos
nuestros años, a ser de repente llevados ante el trono y la presencia de Dios
mismo.
Así es
como debe de ser ¿verdad? El ejemplo encaja de manera maravillosa. Descubrimos
lo que Dios quiso para el creyente y el método mediante el cual el hombre llega
a Dios y se apropia de todo ello. Esto se pone de manifiesto en este libro como
el método de la fe. "Sin fe es imposible agradar a Dios nos recuerda
Hebreos (11:6). Al creer, todo se hace realidad. No al creerlo de manera
intelectual, sino al aplicarlo y actuar conforme a esa fe, todo se hace
realidad en nuestra experiencia.
El
mensaje final de Génesis es que Dios es absolutamente necesario para que la
vida sea completa y sin él no podemos entender el mundo que nos rodea. No
podemos entendernos a nosotros mismos ni a nuestro prójimo ni a Dios mismo. No
hallaremos nunca ninguna respuesta sin Dios, pero si se han apartado ustedes o
han excluido a Dios y se han sentido desgraciados y tristes, han sentido la
oscuridad, la inutilidad, el vacío y el aburrimiento, todo aquello que es el
resultado de que el hombre intente vivir sin él, Génesis nos dice que si
volvemos al principio de la fe en Dios encontraremos ayuda, sanidad espiritual
y la felicidad en todos los ámbitos de la vida. Dios es el secreto de la vida
humana, esta es la primera y la última nota que hallamos en la Biblia.
Oración
Padre
nuestro, te pedimos que nos concedas el anhelo y la motivación necesarias para
entregarnos de lleno a lo que está escrito ante nosotros. ¡Cuántas dificultades
y problemas nos ahorraríamos, cuantas aflicciones podíamos dejar de lado si tan
solo supiésemos que tú intención fue que conociésemos este libro! Ojalá que
nuestros corazones estén abiertos y dispuestos a buscar e investigar, a hallar
y a saber que estamos en el universo, y no silenciosos, mecánicos, vacíos, no
hallando eco a nuestro clamor, sino un universo extraordinariamente dispuesto
por un Padre, por el corazón de un padre. Al aprenderlo y caminar por fe, haces
que nuestra vida sea plena y llena. Pedimos que esta sea nuestra experiencia en
el nombre de Jesús, amen.
Nº de Catálogo 201
Génesis 28 de Junio,
1964 Primer Mensaje
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